San Esteban de Zapardiel

San Esteban de Zapardiel
Todo nevado...

viernes, 28 de enero de 2011

Por tí volaré . Andrea Bocelli

7 comentarios:

  1. La Moraña es una comarca muy bien comunicada, tanto por carretera como por tren.

    Se encuentra a 123 Km. de Madrid, 50 de Ávila, 90 de Salamanca, 58 de Segovia, 77 de Valladolid y 125 de Zamora. Por carretera llegamos:

    -Ávila, se puede acceder por la N-403 dirección Adanero, por la N-501 en dirección a Peñaranda de Bracamonte, o por la AV-804 en dirección Cardeñosa.

    -Madrid, se puede acceder por la N-VI dirección A Coruña

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  2. La Historia de la Moraña


    Durante siglos los musulmanes ocuparon la mayor parte de la Península Ibérica, incluyendo las tierras de la Meseta castellana. Precisamente, el nombre de la Moraña hace clara alusión a su presencia en esta zona. No obstante, el Islam convivió en armonía con otras culturas, como la cristiana y hebrea. Los mozárabes seguían el culto cristiano y se encontraban en minoría, pero podían desarrollar libremente sus costumbres en los vastos confines de Al Andalus.

    Con el paso del tiempo, los ejércitos de Alá retroceden hacia el sur. A pesar de todo, gran parte de la población mahometana seguirá viviendo varios siglos más en el territorio conquistado por los Reyes cristianos, conservando intactas sus tradiciones como ejemplo recíproco de tolerancia y respeto. De ahí viene precisamente el término mudéjar, que procede de la voz árabe muday-yan (sometido). Con él se designaba a los musulmanes que permanecían en suelo cristiano.

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  3. A finales del siglo XV se produce la toma de Granada y los Reyes Católicos firman los edictos de expulsión definitiva de los judíos y musulmanes. Algunos de estos últimos deciden quedarse con la condición de convertirse a la fe de Cristo. Son los llamados moriscos, quienes a pesar de la prohibición continuarán practicando sus creencias en la intimidad.

    Muchos edificios y mezquitas fueron transformados a partir de entonces en templos cristianos. La Iglesia recurría entonces a la mano de obra mudéjar, más barata y a la vez más diestra. Como no había piedra, se utilizaba el ladrillo, un material conocido y barato. Las bóvedas eran sustituidas por armaduras de madera. La ornamentación se consigue siempre con recursos pobres: yeso, madera, aliceres vidriados y por supuesto el ladrillo, lo cual ni mucho menos restaba lujo y belleza al resultado final.

    La admiración de los Reyes cristianos ante la belleza y suntuosidad de los palacios y monumentos hechos por los musulmanes les llevó incluso a imitar en muchos casos sus técnicas, modos constructivos y decorativos. No en vano, esta cultura fue la más avanzada del mundo entonces conocido. Y a ella pertenecían los mejores científicos, médicos, astrónomos o pensadores.

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  4. El arte mudéjar pervive hasta el s. XVI, aunque sus huellas seguirán presentes en la construcción de los siglos posteriores. De la influencia de aquella cultura sobreviven además multitud de testimonios, algunos de ellos presentes en nuestra lengua. De hecho, infinidad de palabras así lo delatan: alcoba, aljibe, alberca, tapia, azotea, alicatado, alféizar, azulejo, alacena, albañil, adobe y otras muchas.

    La provincia de Ávila alberga un valioso patrimonio mudéjar, especialmente en la Moraña, una tierra llena de arte e historia, de matices y contrastes que aguardan al viajero a lo largo del camino: castillos, iglesias con ábsides, torres e interiores sorprendentes, palacios, puentes, plazas castellanas, casonas… Suficientes atractivos para organizar un viaje que nos llevará a conocer y valorar más la riqueza que tenemos.

    Arévalo es un museo del mudéjar abulense, y el lugar más idóneo para iniciar un recorrido por la vasta exposición artística de esta comarca. Pero hay otros pueblos cuyas iglesias poseen espléndidos ábsides, y bien merecen una visita, en Villar de Matacabras, Fuentes de Año, Fuente el Sauz, Cantiveros, San Cristóbal de Trabancos, Muriel, Palacios Rubios, Donvidas, Pedro Rodríguez, Vega de Stª María, Madrigal de las Altas Torres o Constanzana.

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  5. Mientras viajamos, vemos las torres que emergen como vigías en los diáfanos horizontes morañegos. Torres que a veces nos recuerdan a los minaretes árabes. De hecho lo fueron, antes de ser reconvertidas en campanarios cristianos. Esbeltas y altivas se alzan en Madrigal de las Altas Torres, Arévalo, Palacios de Goda, Blasconuño de Matacabras, Moraleja de Matacabras, Donjimeno, Sinlabajos, Aldeaseca, San Vicente de Arévalo, Espinosa de los Caballeros, Pajares de Adaja, Barroman, Bercial de Zapardiel, Rasueros, Fuente el Sauz, Cantiveros o Fontiveros.



    Otro mundo diferente nos espera en el interior de los templos, que nos deparan nuevos hallazgos. Artesonados, coros y tribunas labrados en madera, con exquisitas y delicadas filigranas. Baste citar ejemplos como el de Stª María la Mayor, en Arévalo, S. Nicolás de Bari, en Madrigal de las Altas Torres, o los de Cantiveros, Pedro Rodríguez, Fontiveros, Gutierre-Muñoz, Moraleja de Matacabras, Horcajo de las Torres o La Nava de Arévalo.

    Retablos magníficos, como el de San Juan de la Encinilla, Riocabado, Flores de Avila, Donvidas, Pedro Rodríguez, Gutierre-Muñoz, Adanero, Rasueros, Fuentes de Año, Fuente el Sauz, Canales, Fontiveros o Arévalo (S. Miguel) Eso sin contar con los bellos sepulcros, rejerías, órganos, confesionarios, sacristías, pilas bautismales, tallas, lienzos, frescos, pórticos, capiteles, canecillos, etc. de muchas iglesias.

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  6. Pero en la Moraña aún hay más: puentes de extraordinaria factura, como el de Arévalo e imponentes castillos, como el de esta Villa, o los de Castronuevo, en Rivilla de Barajas y el de Narros de Saldueña. Murallas y palacios como los de Madrigal de las Altas Torres, Adanero y Fuentes de Año. Conventos y Museos, casas y casonas bien conservadas, cruceros y monumentos que evocan episodios del pasado, como la Cruz del Reto. Y un largo listado de patrimonio menor, no menos respetable: molinos, hornos, norias, fuentes, pozos y acequias que todavía hoy nos trasmiten la sabiduría de una cultura que vivió durante siglos en estas llanuras.

    El mudéjar está presente, no obstante, en otros lugares más alejados de la provincia, en iglesias de Ávila, Burgohondo, Narros del Puerto, Narros del Castillo, Malpartida del Corneja ...

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  7. Paisajes Morañegos

    Tiene Ávila en su moraña
    bellos parajes que hacen soñar;
    con sus murallas y hermosas sierras
    donde va el alma, donde va el alma
    paz a buscar.

    Uno de los más bellos
    paisajes morañegos
    se encuentra en Fuentes de Año
    delicioso lugar,
    delicioso lugar;
    tiene un viejo molino, que en él da gusto estar,
    donde van los jovencitos, allí a cortejar.

    Vamos bien mío
    que en el molino
    es más hermosa la soledad (sole, soledad)

    Sólo el silencio
    turban alegres los pajarillos con su cantar

    Vamos bien mío
    que en el molino
    yo mis amores te cantaré ...

    ... Y entre mis brazos feliz y amada
    como a una diosa te adoraré;

    ... Y entre mis brazos feliz y amada
    como a una diosa te adoraré;

    Te adoraré.

    Rafael Jiménez

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