Las tardes de un invierno delicioso
jamás olvidaré con tu partida
y lamento la triste despedida
por ser golpe cruel y doloroso.
Era un sueño real, maravilloso,
de mis desvelos meta preferida.
La tragedia será cerrar la herida
del corazón leal y generoso.
Tú ven a mí, no temas la amargura
de nuestro amor perdido, malogrado,
pues lo que comenzó siendo locura,
reflejo de un querer apasionado,
es hoy sólo amistad sincera y pura,
cual frívolo recuerdo del pasado.




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